martes, 22 de julio de 2014

negro

una primera vez te vi
y tus ojos eran oscuros
negros
o muy negros
tan negros
que desperté
de noche
porque los ví
y miré
y volví a mirar
como se mira el cielo
sin levantar la vista.
eran negros
(pero no juraría)
porque cuando los vi
todo era negro.
tan negros
que dudo haber estado
ahí mirando.
un sólo reflejo me colmaba
la suma de todos los colores
y la ausencia de sombras.
la raíz oscura
de todos los matices
y aún no juraría
porque cuando todo es negro
no hay certeza.
tan negros
como la ceguera
y el suspenso.
pequeño centro espejado
donde colores y reflejos
van a morir, sometidos,
como una sola tinta
en el fondo de tus ojos.
espacio negro
que interrumpe el ciclo
y anula el contraste
y tropiezo
ciego
negro.
cuando todo ese negro
yo no veía mis manos
ni mis pies
ni mis párpados
reconfortantes.
no había movimiento
pero una sola gran cosa
que me abraza
y no tengo más que hacer.
eran tus ojos, negros,
una vez los vi.
y cuando rojos
verdes, dorados
púrpuras, grises
azules, tardes
pálidas
vinieron disfrazados
el negro se filtraba
por atrás
como grieta
en la forma incompleta.
una vez cerré los ojos
en otra cama
y todo era negro.
el arco de tu ojo
negro iris
era la gravedad del blanco.
mis noches te persiguen
para poder dormir
y tengo miedo de dormir
y que sea negro.

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