sábado, 30 de enero de 2016

Todo vuelve,
pensabas,
y no lo veías partir.
Necio, de pie en la orilla,
mirando al horizonte,
con sólo dos ojos
y un verbo por vez,
sabiéndolo todo
y negando la mitad,
la del suspiro en la nuca
que te toca y asusta.
Veías o repetías
y negabas al dulce silencio
la justicia de tus párpados
cerrados,
la gentileza de negar las rectas
y calmar los hombros
para que vuelva por la espalda
sin temerte
a susurrar la señal de largada
y ya otra vez
vuelva a partir
cuando todavía pensabas.

martes, 19 de enero de 2016

catch it with your hand
either hand
while it flies;
press your hand
press it hard
and jump
just a little jump
without counting time;
bring your face to it
smell it fresh
as it sprouts in you
in your highest brain
like a hand
a touching hand
in your soft cells
in the midst
of flight

domingo, 3 de enero de 2016

el papel nefasto
que juegan estos papeles
y ni siquiera son de papel
pues ya basta

ahora mira para atrás
por única vez
para no volver a mirar
como si hubiera logrado
escapar de la botella
ponerle un corcho
y tirarla al mar
para siempre
para luego girar
y darse en la cara
bien de frente
con el siguiente papel
que llega blanco
de tanto ayer
tanta sal

puedes ignorar al mar
pero el mar
siempre está volviendo

qué gracia cumplían esos garabatos
de cualquier manera?
era el pasado
la guía del futuro?
si siempre estamos repitiendo
los mismos gestos
mejor no fingir
que todo es nuevo cada vez?
en la misma botella
que devuelve el mar
pone el nuevo papel
y la vuelve a tirar
nunca diciendo
nada nuevo
si se lo lleva el mar
y lo devuelve
a cada vez
sin editar
nomás lavando
los puntos y las comas
esas pausas
que estaban de más

repetir el gesto
de la sorpresa
del desconcierto
de la aventura
alguien que me hiera
de una vez
donde nadie haya herido ya
en este cuerpo ya herido
del propio vicio, inexorable

todo así
hundido porque sí
en el inevitable ceremonial
de ser uno mismo
hasta que se acabe
el papel
y todo duela en el mismo lugar
el que repito y repito
tirando botellas vacías al mar

pues ya basta
la próxima botella
yace vacía y calma
desnuda en la orilla
bien
que se llene
de arena y mar
que se hunda
soñando volar
y aprenda allá
con los suyos
lo que deba recordar
la propia sustancia
el propio mar