martes, 29 de julio de 2014

getting there


Just as i go
i see myself coming back
and i think
oh no no (...)
i must insist
i must go
so i go
blindly
i wanna go
i wanna see
and do
and be
and when i get there
i see myself
coming back
thinking
oh no no
(...)
oh
well

martes, 22 de julio de 2014

amanecí
y te habías ido
al sur
arrastrando
mucho del sol

acá
se pudren las sombras
sin lastimar
no me pidas otra cosa

me voy a eternizar
este olvido
con la lluvia

andá
al sur
de donde quieras
donde no imagino
lo que no sos
lo que no hacés
lo que no pensás
ni gozás
como yo
que por pensarte
no estoy
ni en la sombra

amarradero

la sucesión de nudos
agarrándome
la garganta de la memoria
me ata a algún exterior
lejano
e impenetrable.
una sujeción vital
a la existencia
o cierta conciencia
u otra razón social.
sin memoria
soy un espacio de aire
que no retiene
ni anuda.
me atravesás
y te vas
sin más.
una cosa lleva a la otra
o no.
no te fíes

cómo prepararse para nada

¿es una poesía torpe
(pre-amputada)
esa foto
que queremos desear?
¿ese casi imposible yo-acá-ahora
todo junto y a la vez?
todo sabe a receta online
que mirás
y probás
y mirás
y no
pero comemos igual
(peor es la idea de ausencia de hambre)
y está tan vomitado
de las cosas que no llegamos a incluir
que nos preguntamos si,
en definitiva,
no seremos apenas eso
y la poca foto
era ese gesto de sal
aunque no hacía falta sal,
ese aire que encendimos
sin querer
y después queda ahí
salado
y después es de alguien más
y nunca sabemos bien qué
porque no se puede ver.
toda palabra
(y éstas las primeras)
es hoja al río
descendiente
y no se trata de la hoja
que no es tuya
ni mía
ni del río
ni de la hoja;
apenas cabría soñar
con guardar el recuerdo
de hoja-mano-aire-río
y después comer de la receta
que ya no tiene nada que ver.

recuerdos posibles

desconozco el poder creer
que realmente vas a llegar
como la bruma
y poner fin a mis deseos,
que podrías reconfigurar
mi lujuria enciclopédica
y emerger de un sueño
como si fuera posible
habitar la realidad.
(todo aquel carnaval monocorde
de los muertos,
jardín de primaveras de invierno
que se recuerdan como flores)
y hoy no soy
quien puede creer que vas a llegar
así, renacida
y llena de muecas
frescas
a robarle la vitalidad a este invierno.
me duele imaginarlo
y no imagino tanta belleza
y me asusta.
de dónde saliste
como la bruma?

el tibio de los fuegos

por ser maga sos así
maga
verdadera maga
que no conoce sus trucos.
maga que distrae
con sonrisa absoluta
y se lleva los ojos
con la explicación.
como tus manos
que saben todo
y te engañan
y van con calma
gestando una turbulencia.
porque no sabés mi nombre
y tu boca me asorbe ya
un pasito antes,
y soy una sorpresa
fingiendo la ambigüedad
de quien no adivina el truco.
tanta magia puede matar
y tu magia es como vivir.

un dobles

un juego de almas dobles
brotando de un lugar igual,
de espejos que romper
en mil pedazos
y encontrar.
de morir con la mirada
en la orilla opuesta
del horizonte circular
y caberse el silencio pleno
del espacio que ocupan
las palabras que no decimos,
espacio que encierra
a las palabras
que nos atan mudas
y que existe
por ser invisible.
porque nos envuelven
con manos
decididas a
no dejar de tocar
y a deshojar escamas
hasta la gota de tinta
que nos pinta el alma
en una.

Osvaldo

Aplauso. Ensordecedor. Crece como si el accionar frenético del choque de palmas lo multiplicara reproductivamente, exponencialmente. Inmediatamente los vanguardistas de la ovación se ponen de pie, y los siguen todos los demás, imitando pero justificando. Se sostienen los aplausos y se escuchan gritos eufóricos, "viva!", "bravo!", "maestro!!", y otros más originales menos comprensibles. El espectáculo es conmovedor, el sonido inunda como si la sustancia del aire en la sala se hubiera transformado, emocionado.
El maestro, de pie, visiblemente abrumado, parecer querer abrazar al mundo en cada reverencia. Sus brazos de esmoquin agotado se desprenden hacia el espacio todo, como queriendo atrapar con la yema de los dedos el pulso de este momento de gloria, de parálisis extática.
Lentamente, con exagerada reticencia, los aplausos van callando. Los miles de cuerpos presentes ceden, colmados, a la resaca de tanto gozo, tanta belleza. Luego de esos minutos que quedarán tatuados en la memoria estadística y emocional de cada presente, el silencio le sigue y mancha el espacio con la grosura que deja el agua húmeda después de una tormenta de verano.
El maestro, agobiado de placer, gira y se dispone a retomar su lugar.
Desde el fondo de la sala, de repente y con énfasis:
"Osvaldo, sos un hijo de re mil puta!!"
Silencio.

en seco

El idiota marcha enceguecido.
La sigue.
No sabe bien para qué.
Ni su nombre.
Pero la sigue.
Y es todo lo que puede hacer.
La conoció hace poco
dos miradas en un tren
y no supo qué hacer
sino seguirla
sintiéndose idiota
pero de alguna manera eso lo conforta
y la sigue.
"También conocí unos idiotas
que persiguieron a dios",
se repite justificando
sin necesidad de hacerlo.
"Si ahora se diera vuelta
y me mirase
quizás ya no sería tan idiota"
piensa
y para en seco,
aterrorizado.
Lanza un grito
da media vuelta
y corre,
enceguecido.
sin razón alguna
por ninguna razón
desollamos vicios
y casualidades
viejo almacenados
en la penumbra de espuma
allá atrás
tan cerca de la explicación.

negro

una primera vez te vi
y tus ojos eran oscuros
negros
o muy negros
tan negros
que desperté
de noche
porque los ví
y miré
y volví a mirar
como se mira el cielo
sin levantar la vista.
eran negros
(pero no juraría)
porque cuando los vi
todo era negro.
tan negros
que dudo haber estado
ahí mirando.
un sólo reflejo me colmaba
la suma de todos los colores
y la ausencia de sombras.
la raíz oscura
de todos los matices
y aún no juraría
porque cuando todo es negro
no hay certeza.
tan negros
como la ceguera
y el suspenso.
pequeño centro espejado
donde colores y reflejos
van a morir, sometidos,
como una sola tinta
en el fondo de tus ojos.
espacio negro
que interrumpe el ciclo
y anula el contraste
y tropiezo
ciego
negro.
cuando todo ese negro
yo no veía mis manos
ni mis pies
ni mis párpados
reconfortantes.
no había movimiento
pero una sola gran cosa
que me abraza
y no tengo más que hacer.
eran tus ojos, negros,
una vez los vi.
y cuando rojos
verdes, dorados
púrpuras, grises
azules, tardes
pálidas
vinieron disfrazados
el negro se filtraba
por atrás
como grieta
en la forma incompleta.
una vez cerré los ojos
en otra cama
y todo era negro.
el arco de tu ojo
negro iris
era la gravedad del blanco.
mis noches te persiguen
para poder dormir
y tengo miedo de dormir
y que sea negro.

pájaro en mano

Ideas para atraer pájaros
  • semillas de girasol
  • otras semillas
  • aprender a volar
  • pólvora
  • no pensar en un pájaro
  • hablar idiomas

no más tic

esperé ya tanto
y tan muchísimo
que relojes
me tiran agujas
y se me clavan en el cerebro
en un lugar gris
opuesto a dos movimientos
opuestos,
y mueren en el medio
como una pelusa.
pero voy a agarrar una piedra
y clavártela en el engranaje
para que calles esos
insufribles tics
ad tic
prolongados
y sequísimos.
y desabrocharte los botones
sin tiempo alguno
y desandarte mi vida
entera
con paciencia monstruosa
y que te calles
hasta el próximo
tic