me retiré con algo de modestia
pasada la hora del brindis
a buscar un alma
que llevaba mi nombre
y ni un mapa;
y ese camino
infinito
es un círculo
en que dos átomos
viajan a la mayor distancia posible
el uno del otro
a igual velocidad
para soportar el equilibrio
que significa
hinchar un saco de piel
y que se mueva
eternamente
buscando dos
que puedan ser uno
miércoles, 4 de noviembre de 2015
Entran un pelotudo y un académico a un bar. El pelotudo pide café y medialunas. El académico pide un sandwich mixto y un jugo. El mozo les cobra sin hacer preguntas y luego ambos se van.
El pelotudo gira a la derecha y el académico a la izquierda. Ninguno mira para atrás.
Luego entran otros dos, y ya a nadie le importa.
El pelotudo gira a la derecha y el académico a la izquierda. Ninguno mira para atrás.
Luego entran otros dos, y ya a nadie le importa.
martes, 3 de noviembre de 2015
Todo en el casco
pelota pelota pelota
y maneras de ver
esas pelotas
dentro y fuera por igual
nada más que pelotas
pegando pelota
al casco
y casco
al pelota
pelotazos
contra pelotudos
a pelotazos;
la pelota grande engaña
parece mejor
sin ser más pelota
que la más pequeña
que pica en las pelotas
y un momento en que chocan miles
de pelotitas
en un lugar e instante
soy este accidente de pelotitas
en aparente cámara lenta
viéndolo todo dos veces
y otras mil
pelota con pelota
pelota contra pelota
pelotas que se gustan
pelotas que no se gustan
tamaño
y peso
y velocidad
y densidad cósmica
y redondeza
siempre la redondeza.
Porque la pelota justa es parecida a dios.
Es la pelota absoluta
con el golpe perfecto
a igual velocidad
e igual intensidad
y el estallido es tan armónico
que silencia todo
como si dos pelotas
pudieran impactar
con tal fuerza
y suavidad
de ser
en un lugar e instante
dos mediaspelotas iguales
fundidas
y abrazándose
contracción y expansión
creando un sonido único
en el corazón del impacto
en el centro de la melodía
de toda pelota cualquiera
y luego rebotar
porque ninguna pelota
se atraviesa;
y despedirse sin más
a igual velocidad
otra carambola más
Otras pelotas esperan
más allá
para rebotar
pelota pelota pelota
pegándose en el casco
como pequeños rayos
siempre y nada más
pelota pelota pelota
y maneras de ver
esas pelotas
dentro y fuera por igual
nada más que pelotas
pegando pelota
al casco
y casco
al pelota
pelotazos
contra pelotudos
a pelotazos;
la pelota grande engaña
parece mejor
sin ser más pelota
que la más pequeña
que pica en las pelotas
y un momento en que chocan miles
de pelotitas
en un lugar e instante
soy este accidente de pelotitas
en aparente cámara lenta
viéndolo todo dos veces
y otras mil
pelota con pelota
pelota contra pelota
pelotas que se gustan
pelotas que no se gustan
tamaño
y peso
y velocidad
y densidad cósmica
y redondeza
siempre la redondeza.
Porque la pelota justa es parecida a dios.
Es la pelota absoluta
con el golpe perfecto
a igual velocidad
e igual intensidad
y el estallido es tan armónico
que silencia todo
como si dos pelotas
pudieran impactar
con tal fuerza
y suavidad
de ser
en un lugar e instante
dos mediaspelotas iguales
fundidas
y abrazándose
contracción y expansión
creando un sonido único
en el corazón del impacto
en el centro de la melodía
de toda pelota cualquiera
y luego rebotar
porque ninguna pelota
se atraviesa;
y despedirse sin más
a igual velocidad
otra carambola más
Otras pelotas esperan
más allá
para rebotar
pelota pelota pelota
pegándose en el casco
como pequeños rayos
siempre y nada más
lunes, 2 de noviembre de 2015
algo de la electricidad de mi
que le quemaba
algo del rayo corto y casi permanente
desde el suelo
hasta el 1,75mts sobre el suelo
de mí
con manos y boca y una autonomía compleja
capaz de ser un rayo
capaz de fulminar
capaz de rozarla lo justo
y a tal ritmo
de desflecarla
con todo el peligro,
hasta la frontera
del penúltimo fleco
que es todo ternura
y todo muralla
ese fleco que
por necesidad
es el opuesto
a ese rayo de mí,
y que es el dueño
de la perla;
hasta ahí nomás llegué
al fleco que más esconde un qué
soy tuya,
me dijo,
mientras hablaba para adentro
con sus flecos
intactos
y preparaba mi despedida
mientras yo todavía
pedía el champán
que le quemaba
algo del rayo corto y casi permanente
desde el suelo
hasta el 1,75mts sobre el suelo
de mí
con manos y boca y una autonomía compleja
capaz de ser un rayo
capaz de fulminar
capaz de rozarla lo justo
y a tal ritmo
de desflecarla
con todo el peligro,
hasta la frontera
del penúltimo fleco
que es todo ternura
y todo muralla
ese fleco que
por necesidad
es el opuesto
a ese rayo de mí,
y que es el dueño
de la perla;
hasta ahí nomás llegué
al fleco que más esconde un qué
soy tuya,
me dijo,
mientras hablaba para adentro
con sus flecos
intactos
y preparaba mi despedida
mientras yo todavía
pedía el champán
los quiero
los quiero tanto a todos
pero tanto tanto tanto
que no sabría
puta que no sabría
mierda que no sé
mierda carajo y la reputa que nos parió
bien paridos
como la poca cosa mal-cogida que jamás seremos
especial a vos
querido forro hijo de puta mío que te parió
vos que sos casi innombrable
de tan hijo de puta
y tanto que te quiero
y a ustedes
manga de mongoloides mal-documentados
con restos de caca mal-parida
en el sorete mismo de sus sienes
donde guardan absolutamente nada
y la re puta que los parió
de tanto
tanto que los quiero
pero tanto
que nos podemos juntar a cagar
a ver quién quiere más
los quiero tanto a todos
pero tanto tanto tanto
que no sabría
puta que no sabría
mierda que no sé
mierda carajo y la reputa que nos parió
bien paridos
como la poca cosa mal-cogida que jamás seremos
especial a vos
querido forro hijo de puta mío que te parió
vos que sos casi innombrable
de tan hijo de puta
y tanto que te quiero
y a ustedes
manga de mongoloides mal-documentados
con restos de caca mal-parida
en el sorete mismo de sus sienes
donde guardan absolutamente nada
y la re puta que los parió
de tanto
tanto que los quiero
pero tanto
que nos podemos juntar a cagar
a ver quién quiere más
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