jueves, 29 de junio de 2017

nunca estuviste tan linda como el día en que no se te vio más

el arreglo es el siguiente:
te conozco cuando estás mal, algo abajo, inquieta, con ganas de moverte sin saber hacia dónde. ahí me conocés a mí, ligero y afiladísimo en el momento justo, dispuesto a fingir que es magia. los ojos te penetran e inquietan en el lugar mismo donde ya estabas inquieta. pataleás y me puteás pero no me voy porque estamos ahí, y cuando estamos ahí lo sé. la cosa se pone áspera y seguimos, yo veo tus ojos y lo veo. es así. pronto, con algo de fortuna y astucia cósmica, esa segunda vuelta sobre tu inquietud completará la vuelta, y te traerá de vuelta al punto neutro, cero, que se siente como haber hecho un paso hacia adelante aunque estás en el mismo lugar, apenas sintiéndote mejor. entonces me mirás y ya no querés que mis ojos te penetren. ahora yo cargo con tu pesadez, dimos la vuelta y acá estoy del otro lado, soy un recuerdo demasiado fresco, este arreglo que ahora preferís esconder tras esa cortinita oscura junto a tus otros arreglos olvidados. querés pensar en ese cero y nada más, olvidar, aprender otro día. y me dejás porque es mucho para vos. el pasado ahora no importa, decís, mirá lo que es el presente! gracias por todo pero ya está. yo pataleo algo y me voy, cuando se acaba de veras me voy de veras. me llevo los ojos adonde alguien no aburra con su duro bienestar, alguien que necesite mover. dudo que tenga éxito ya que el arreglo es así y no funciona a la inversa, pero me alegro por vos, sinceramente. espero te haya gustado porque odio repetirme. ni se aceptan devoluciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario