lunes, 6 de marzo de 2017

suscribe ciegamente
a su ceguera prescrita
con pasión sin foco;
no alcanza a distinguir
los puntos de comprensión
entre tu y tu
y yo y yo
y tu y yo
y yo y tu
ni con todo su fervor!
no hay zanahoria
para el ojo ciego
y atropella igual, sin más,
ya sin tantear,
deliberado y eficaz
al pertenecer inútilmente a todo
sin poder abstraerse
en la fe del espejo,
pertenece a todo
y llora de emoción
se caga de tristeza
y respira francamente,
así devuelve
el mar y la tierra,
indistintos le son
pues le pertenecen,
todo puede tocar,
aunque pierda un brazo
cada vez
todo puede tocar,
y no cesa,
no observa,
cuando cae
lo rescata el mar,
lo acuna la tierra.








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