había una vez un descanso
tan grande como el nombre
como el cielo de un huérfano
y también te caías al sol
y era como descansar
sin haber estado cansado
era la gran ruleta
del suspenso y el absoluto
dos pequeños controles
sin control
tan livianos
como paciente gravedad
y una explosión de aplausos
por completo espejada
e innecesaria.
un ratito más
para siempre jamás
y las otras palabras
que ya llegarán.
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