la pobreza de imaginación
es un delito poco punido,
vivís y vivís
y ni sabés de qué acabar;
cuidado con esas ligerezas
que te permitís
en nombre del sin nombre,
porque decís amar
al temer pensar
y tu cuerpo
no llega a saber
sobre qué se sostiene
una cabeza
verás cómo el cuerpo
te abandona
o acaso lo viste
pero jugando a mirar
para otro lado
y solo volvés los ojos
cuando ya nadie te mira
y maldecís
sin siquiera imaginar
así, coqueta bajo hilos
(uno por cada gesto)
te veo sonreírme
y tocarme
y decirme cuánto está todo bien;
yo veo el títere
en cada hilo
que te manejás
por no llorar de verdad
y adentro tengo un reír
que es el llanto primero
y la risa después;
pero no es por tus ojos
que no lo ves
si estamos tan cerca;
hay una o dos puertas
que apenas sabrías puerta,
son las que exigen
algo de esa magia
que no es propia
de tu poco imaginar;
y a caso de una evasión
tan tuya al fracasar
te vas así seca
sin entender ni un chiste
y buscando otro pollo
que te ayude a no pensar
jueves, 20 de agosto de 2015
sábado, 8 de agosto de 2015
no sé si deba sufrir para escribir
si deban haber gruesas gotas de sudor
rebalsando desde alguna grieta oscura
de la punta cerébrica de mi ser
que ahí y sólo entonces
recibiera el toque eléctrico de vida
de la mano de dios que es un papel;
nunca pasa
nunca lloro sangre
ni vomito flema
ni todo ese trance bíblico
del creador;
veo un papel
y nada más
y qué miseria
si deban haber gruesas gotas de sudor
rebalsando desde alguna grieta oscura
de la punta cerébrica de mi ser
que ahí y sólo entonces
recibiera el toque eléctrico de vida
de la mano de dios que es un papel;
nunca pasa
nunca lloro sangre
ni vomito flema
ni todo ese trance bíblico
del creador;
veo un papel
y nada más
y qué miseria
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